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TU NO ERES LO QUE TE PASÓ

Impostora, hoy vengo a hablarte de la resiliencia, ese punto de equilibrio perfecto en el que logras surfear las adversidades y tomarlas como aprendizajes y no como piedras en el camino.

Cuando estamos sumergidas en nuestros problemas y nos atrapamos en fases analíticas o en posibles futuros venideros, muchas veces olvidamos que ante cualquier problema tenemos dos posibilidades; la acción y la inacción. Tomar acción es el camino resiliente, la forma en la que atravesemos el problema y lo superamos. El segundo camino, puede encadenarnos a una lucha interna, contra nuestras emociones y pensamientos. Acabamos viviendo ‘realidades’ paralelas donde el dramatismo, la idealización y la obsesión cobran protagonismo.

Ante esta situación es muy importante no culparnos, todo forma parte de mecanismos de nuestro cerebro que están actuando en modo supervivencia para protegernos. Si nos vemos envueltas en estas situaciones lo mejor es abandonar la lucha, dejar de combatir contra nosotras mismas y bajar la guardia. El primer camino para hacerlo es aceptar nuestras emociones y sentimientos.

La resiliencia no es una capacidad innata, sino que es algo que por nosotras mismas o mediante terapia podemos mejorar. Siempre se puede ser más resiliente, porque podemos traducir en aprendizaje todo aquello que vivimos.

Te dejo por aquí algunos trucos para trabajar en tu resiliencia:

  • Identifica tus emociones. Como vimos en el post de la semana pasada, tus emociones te ayudan a identificar una necesidad. Lograr cubrirla te ayudará a que no vuelva a aparecer o que la identifiques mejor la próxima vez.

  • No te juzgues. Te he hablado varias veces de cómo el perfeccionismo y nuestra impostora pueden convertirse en nuestro peor enemigo. Tener una visión más objetiva nos ayuda a relativizar.

  • Toma conciencia. Analiza de forma calmada qué decisiones puedes tomar ante una adversidad y qué acción puedes tomar sin dejarte llevar por la impulsividad.

  • Visualízate. Impulsa tu creatividad y visualiza tu futuro de forma que te permita recordar por qué hoy estás tomando estas decisiones y estas acciones.

  • Responsabilízate. Identificar tu parte de responsabilidad en cada situación te ayudará a no caer en el victimismo y eso te permitirá una visión más positiva y optimista de la situación

  • Trabaja en tu entorno. Elimina o pon distancia a aquellas personas que notas que drenan tu energía, trabaja en una red de apoyo buena y sírvete de ella.

  • Busca apoyo. Mediante libros, búsquedas de artículos o con mediante una terapeuta para poder aplicar las estrategias adecuadas y personalizadas para ti, para poder mejorar la resiliencia en función del problema.


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