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Foto del escritorMar Martínez Ricart

¿Qué te está comunicando tu incomodidad?

La evitamos a toda costa, procrastinamos, nos vence la pereza o incluso afirmamos que no tenemos fuerza de voluntad. Si impostora, hoy hablamos de la incomodidad. Cuando ésta llama a nuestra puerta intentamos deshacernos de ella, atravesarla lo antes posible e incluso pasar de puntillas sobre ella.

Sin embargo cada vez que nos enfrentamos a una situación que no nos es agradable y logramos atravesar la incomodidad, esto nos brinda la oportunidad de profundizar en nuestro interior, apreciar y analizar qué está pasando.

Como bien sabes, la mejor manera de procesar una emoción es afrontarla, la incomodidad no es más que una de las formas que tiene nuestro cerebro de poner foco a algo que requiere de nuestra atención.

Generalmente al salir de nuestra zona de confort somos perfectamente capaces de señalar qué situación nos genera este sentimiento desagradable, pero lo que es mucho más difícil es identificar por qué a nosotras nos genera incomodidad una situación que a otras personas no les genera e incluso llegan a disfrutar.

Nuestro cerebro siempre nos protege y para poder asegurar el ahorro de energía y el fracaso siempre nos mantiene en la zona de confort. Sin embargo, mantenernos siempre en esta situación limita nuestro crecimiento personal y nuestro desarrollo, puesto que cuando vivimos nuevas experiencias éstas nos generan un aprendizaje y nuestro cerebro se reestructura.

Aprender a afrontar la incomodidad nos permite afrontar el malestar y ver como cada vez se disipa más rápido, tomar consciencia de nuestro comportamiento, aprender a escuchar y sentir nuestras emociones y vivir experiencias completas de forma más auténtica.

Cuando sales apresuradamente de una situación incómoda el problema queda escondido debajo de la manta, listo para volver a salir en cualquier momento. Cuando sin embargo consigues afrontar la situación se produce una sensación de bienestar. Eso es porque has sabido afrontar tus emociones, sin repudiarlas ni rechazarlas, sino prestándoles la atención que requerían.


https://lamenteesmaravillosa.com/que-podemos-aprender-de-la-incomodidad/



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